EMERGENCIA DE SALUD MENTAL: ¿QUÉ HACER SI OCURRE EN EL TRABAJO?(16/05/2025)

La salud mental no siempre avisa con tiempo. A veces, una persona está en plena reunión, escribiendo un correo o simplemente tomando un café, y de repente… tiene un colapso emocional, se quiebra. Llora, grita, se muestra agresiva o dice que no puede más. ¿Qué hacemos en ese momento? ¿Esperamos al psicólogo? ¿Llamamos a emergencias? ¿Nos quedamos paralizados?
Este artículo es una invitación para que todos trabajadores, jefes, equipos de seguridad y salud estemos mejor preparados para actuar de forma humana, oportuna y efectiva ante una crisis emocional o evento agudo en salud mental.
¿Qué es una emergencia en salud mental?
Es como una emergencia médica, pero en el plano emocional. Puede ser desencadenada por un evento fuerte y que genera un nivel de angustia que lleva a la persona a perder el control sobre sí misma.
No solo las personas con diagnósticos de salud mental pueden tener una crisis. ¡A cualquiera le puede pasar cuando la vida golpea fuerte! Algunos ejemplos:
- El corazón roto: Una ruptura amorosa puede doler tanto como una herida física y generar una gran angustia. Imagina a un compañero que llega al trabajo visiblemente afectado, llorando o muy callado.
- La tierra tiembla (literal o figurativamente): Un desastre natural o incluso la pérdida del empleo pueden ser golpes muy duros para nuestra estabilidad emocional. Piensa en alguien que ha perdido su casa por una inundación y al día siguiente tiene que ir a trabajar.
- ¡Me robaron mis ahorros!: Ser víctima de una estafa genera una gran frustración e impotencia, afectando nuestra tranquilidad mental.
- Un adiós inesperado: El fallecimiento de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas y puede desencadenar una crisis emocional profunda.
Lee: Esto es lo que debes saber sobre el riesgo psicosocial.
¿Cómo ayudar en esos momentos?
Así como todos podemos aprender a poner una venda o hacer RCP, también podemos aprender a brindar primeros auxilios psicológicos. No se trata de ser psicólogos, sino de ofrecer control y apoyo emocional de forma responsable y compasiva.
1. Lo primero: observar y escuchar
Si alguien está llorando desconsoladamente, dice que no puede más o expresa miedo o pensamientos negativos extremos como “ya no quiero vivir”, eso es una señal clara de alerta.
Frases como:
- “Me siento raro, no soy yo mismo.”
- “No voy a poder con esto.”
- “Tengo miedo y no sé qué hacer.”
…pueden ser claves para detectar que algo no anda bien.
2. Acompañar con empatía
No necesitas tener todas las respuestas. A veces, simplemente decir: “Estoy aquí para escucharte, ¿quieres contarme cómo te sientes?” puede hacer la diferencia.
Qué SÍ Hacer | Qué NO Hacer |
Hablar con calma | Minimizar: “No es para tanto”. |
Validar las emociones: “Lo que sientes es válido, estás pasando por algo difícil.” | Dar consejos no pedidos: “Deberías salir más”. |
Ser honesto. | Hacer promesas imposibles («todo va a estar bien»). |
Mostrar interés en cómo se siente. | Aconsejar cómo «debería» actuar. |
Buscar un espacio privado y seguro. Ofrecer comodidad física (agua, pañuelo). | Contar tus propias experiencias («a mí también me…»). |
3. Crear un entorno seguro
- Asegúrate de que la persona esté acompañada en todo momento.
- Evita que tenga acceso a objetos peligrosos (cúter, bisturí, medicamentos, etc.).
- No la dejes sola, ni permitas que conduzca o tome decisiones apresuradas.
4. Activar redes de apoyo y derivar si es necesario
Pregunta:
¿Hay alguien cercano a quien podamos llamar? ¿A quién te gustaría que avisemos?
El objetivo es no dejar a la persona sola. Involucrar a un familiar, amigo o incluso a un compañero de confianza puede ser fundamental.
Si notas que la situación requiere ayuda profesional inmediata, llama a una línea de atención en salud mental o deriva a un centro clínico. Muchas empresas tienen convenios con EPS o ARL para atención prioritaria.
5. Y después… seguir presentes
El apoyo no termina con la crisis. Dale seguimiento con mensajes simples como:
- “¿Cómo has estado estos días?”
- “¿Has podido descansar un poco?”
- “¿Necesitas algo?”
Estos gestos ayudan a que la persona se sienta valorada y no olvidada.
¿Y cómo nos preparamos como empresa o equipo?
- Capacita a líderes, comités de convivencia, brigadas y compañeros en primeros auxilios psicológicos.
- Actualiza la información de contacto y redes de apoyo del personal.
- Difunde las líneas de atención en salud mental disponibles.
- Promueve campañas para reducir el estigma y hablar de estos temas con naturalidad.
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Para un Bienestar Mental Continuo (¡Para Todos!):

- Desarrolla habilidades de comunicación: ¡Escuchar activamente es clave!
- Busca el lado positivo: Intenta ver las cosas buenas incluso en situaciones difíciles.
- Mantén tu red de apoyo activa: ¡Amigos y familia son un gran tesoro!
- Identifica líneas de ayuda: Ten a la mano números de teléfono y lugares a donde acudir en caso de crisis.
- Cuida de ti mismo: Duerme bien, Come bien, haz actividades que te gusten y mantén el sentido del humor.
Una red de cuidado salva vidas
En el mundo laboral, todos podemos ser agentes de cuidado. Así como atendemos un accidente físico, debemos estar listos para actuar cuando la mente de alguien entra en crisis. Con empatía, formación y trabajo en equipo, podemos transformar esos momentos difíciles en oportunidades de conexión y apoyo humano.
¿Y tú, ya sabes qué hacer si alguien a tu lado necesita ayuda emocional urgente?
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